Cáncer Colorrectal

El cáncer colorrectal representa el 15% de todos los tumores diagnosticados en hombres/mujeres, siendo la segunda causa de muerte por cáncer. Representa la segunda neoplasia en los países desarrollados, después de la  de cáncer de pulmón en el hombre y de mama en la mujer.

La incidencia del cáncer de colon ha ido aumentando en los países occidentales y la del cáncer rectal se ha estabilizado, presentándose 875.000 nuevos casos/año (8.5%), siendo en Andalucía de 39/100.000-32/100.000 en hombres y mujeres respectivamente, presentando una mortalidad de 10 casos/100000 habitantes/año.

Existe un predominio en el sexo masculino en el cáncer de recto y es similar en ambos  sexos respecto al cáncer de colon, ocurriendo en 95% en > 40 años, afectando un 5% a los < 40 años.

En más del 70% de los casos asienta sobre pólipos adenomatosos, por lo que el papel de la detección precoz es fundamental. La diseminación se produce a  través de los conductos linfáticos (ganglios), o bien a distancia vía sanguínea (metástasis), lo que tiene importancia en cuanto al pronóstico.

Existen unos factores de riesgo en la etiopatogenia del cáncer colorrectal como son lesiones polipoideas, la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn de colon, factores dietéticos y medioambientales, y una predisposición genética.

Los síntomas que deben hacernos sospechar  un cáncer de colon y recto son la rectorragia (emisión de sangre por ano), alteración del ritmo intestinal habitual (tendencia al estreñimiento o diarreas), dolor abdominal tipo retortijón de reciente aparición, anemia inexplicada por otra causa, pérdida de peso y apetito.

Los pacientes con sospecha de cáncer colo-rectal deben ser estudiados con colonoscopia y biopsia; completándose el estudio de extensión con TAC, Eco o RMN (en neoplasias rectales).

En cuanto al tratamiento debemos diferenciar el cáncer de colon del cáncer de recto (los últimos 15 cm, próximos al ano).

El tratamiento del cáncer de colon consiste en la extirpación del segmento de colon afectado por el tumor, anastomosando (uniendo) los extremos que han quedado separados. La colectomía debe incluir los ganglios linfáticos que recogen el drenaje linfático del segmento de colon afectado para así incluir en la pieza los ganglios afectados si los hubiese. La colectomía (extirpación de colon) puede ser derecha, izquierda o total según en qué segmento del colon esté situada la tumoración. Este tipo de resecciones se realizan por laparoscopia.

En el cáncer de recto, en ocasiones hay que realizar tratamiento con quimioterapia y radioterapia antes de la intervención quirúrgica, que también se realizará por laparoscopia.